«Cuando la respiración se aquieta y el cuerpo se relaja, la energía fluye libremente y la mente recupera su claridad.»
El Qi Gong nos invita a bajar el ritmo para sentir con mayor profundidad. A través de movimientos suaves y una respiración consciente, el cuerpo libera tensiones y permite que la energía recorra su camino natural. Poco a poco, el aliento se vuelve sereno, la mente se aclara y aparece una sensación de equilibrio y armonía interior.
No se trata de rendimiento ni de esfuerzo, sino de volver a lo esencial. Un espacio donde el cuerpo descansa, la respiración guía y la mente se simplifica. En esa suavidad nace una fuerza tranquila, profunda y duradera.
Tómese un momento. Aquiete la respiración. Relaje el cuerpo. Y permita que la claridad interior se manifieste.

